viernes, 12 de octubre de 2012

Bombillos eficientes, buenos para el ambiente y el bolsillo

Bombillos eficientes, buenos para el ambiente y el bolsillo: Según el profesor Fernando Augusto Herrera León, director del Laboratorio de Ensayos Eléctricos Industriales de la UN, los bombillos no se deben enviar a los rellenos sanitarios porque tienen componentes tóxicos.
“En Colombia se está implementando un programa posconsumo para recuperar los residuos y procesarlos. Hay algunas ciudades en donde se tiene un sistema de recolección en los supermercados. Las personas depositan los desechos y allí les dan un procesamiento adecuado. Pero eso no es posible si los usuarios no somos corresponsables”, asegura.
Por otra parte, no siempre lo más barato es lo más económico. En cuanto a iluminación, hay una tendencia a ahorrar usando bombillos de larga duración, que benefician al bolsillo del usuario y al medioambiente.
Generalmente, el consumo de energía está asociado a apagar los focos innecesarios o adquirir la opción más módica que ofrece el mercado. Pero, según el director del Laboratorio, lo aconsejable es informarse sobre el rendimiento del dispositivo para establecer realmente su capacidad de ahorro, pues es común que los usuarios seleccionen guiados por los precios, y no por las características.
“Es indispensable elegir bien las fuentes de energía, y no optar por las de menor precio, sino por las de mayor beneficio. El ideal es abogar por el uso de bombillas que tengan una larga vida útil: más de seis mil horas es un buen desempeño. Asimismo, se recomienda buscar las que produzcan más de 50 lúminas por vatio y las que presentan un mínimo contenido de mercurio. Y se deben mantener limpias, en buen estado y, por supuesto, encenderlas solo cuando se requiera”, resalta el profesor Herrera.
Las lúminas por vatio determinan el flujo luminoso y consumen determinada potencia, de manera similar a los kilómetros que recorre un carro por galón de combustible.
Así, son indicadores de la cantidad de iluminación que ofrecen por cada vatio: cuanto menor sea, menos luz produce y no es una fuente adecuada; cuanto más produzca, más eficiente resulta.
Igualmente, están surgiendo tecnologías que detectan si hay presencia o no de personas en los sitios para apagar las luces y ayudar a ahorrar. Pero en este campo no todo gira alrededor del dinero, también es importante evaluar la calidad de la luz, es decir, que emule la del sol.
“La iluminación tiene un papel fundamental en la calidad de vida de las personas, en cuanto a salud y bienestar. En interiores, acompaña nuestras tareas diarias y proporciona mayor confort. En exteriores, el alumbrado público es indispensable para la movilidad de los carros, el control de la velocidad, el adecuado desplazamiento de los peatones, así como para la seguridad, la recuperación patrimonial y la definición del entorno en el que vivimos”, manifiesta el profesor.

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