jueves, 28 de junio de 2012

El hombre, culpable de extinciones de los últimos 200 años

El hombre, culpable de extinciones de los últimos 200 años: Cinco han sido las grandes extinciones que ha vivido el planeta, único hasta el momento, en contener sistemas vivos tan complejos. Ya desde hace tres siglos, distintos científicos afirman que estamos ante la sexta de esas extinciones masivas y agregan un componente que ha sido determinante en la aceleración de esta desaparición de especies: el hombre.
El Solitario George era la última tortuga de su especie y hoy ya no existe, ha desaparecido como lo han hecho últimamente animales tales como el delfín del río chino, el bucardo, el jambato negro, el tigre del Caspio, el tilacino, la cotorra de las Carolinas y el búho de Nueva Zelanda, entre otros.
A propósito, el profesor asociado del Departamento de Ciencias Forestales de la Facultad de Ciencias Agrarias, Néstor Mancera, explica que “esta extinción es resultado del mal uso que el hombre ha hecho de los recursos naturales, casi que la mayoría de extinciones de los últimos 200 años son generadas, a gran escala, por procesos de transformación del ambiente directamente por actividades humanas”.
Sin embargo, la extinción es un proceso natural que se da desde el inicio de la vida. Las causas son variables, como la enfermedad, el envejecimiento, la competencia con diferentes especies, o fenómenos naturales como sequías e incendios, entre otros. Aunque también están las causas humanas como la “transformación de usos de suelo para actividades agropecuarias que, por ejemplo, en zonas andinas tiene gran responsabilidad en la pérdida de especies, la utilización de pesticidas, plaguicidas y fertilizantes, la masiva explotación por cacería, la fragmentación de hábitats; esto actúa de forma conjunta y afecta a nivel global”, explica Mancera.
La desaparición de una especie puede resultar alarmante, pero el académico afirma que todos los días se extingue una, sea o no conocida por el hombre, pues ese es el natural desarrollo de la vida en el planeta. Por eso, dice que “la extinción de una especie en sí no es mayor problema. El impacto no está dado en el hecho de que una especie desaparezca o no, porque cada una tiene un papel funcional diferente; la importancia radica en qué tan importante era esta dentro del ecosistema en el que se desempeñaba. Hay especies que desaparecen y no pasa absolutamente nada porque existen otras que realizan las mismas funciones dentro del ecosistema, pero hay otras que son claves y esto puede generar un colapso y  provocar una extinción masiva, un efecto dominó”.
La alarma por los procesos de extinción va muy asociada a la generación de pérdida de bienes y servicios que ofrecen los ecosistemas al ser humano. Así, concluye Mancera, “poniéndolo en una visión humana, la consecuencia que tiene la pérdida de especies, se da en el funcionamiento normal de los ecosistemas, y no nos hemos dado cuenta de que vivimos a costa de ese funcionamiento”.     

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